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jueves, 21 de junio de 2012

Ni la luna, el sol y las estrellas. Parte I

Él está bien, pero no quiere despertar; quiere andar bajo el pasadizo jugando con las cartas que le regaló su madre sonámbula, jugando ese viejo juego solitario al que la sociedad le negó la oportunidad de ser célebre en el viejo barco rumbo al Amazonas; quiere caminar con la mente frita como los peces que fríen en su hacienda, fría como su alma. Me explicaré fácilmente; él te esperaba, lo solía hacer y  ahora lo vuelve hacer,  pero ya no sabemos cuánto tiempo más jugara con esas cartas; no ha comido, mirado, olido a otro lado y no ha conversado con el aire que respira.
Está  gélido y la muerte espera llevarlo; mientras él se aferra a tu alma y espera tu muerte, anhelando verte otra vez en aquellas caminatas cuando conversaban de las críticas espontáneas que surgían entre uno de los dos; ni la luna, el sol y las estrellas pueden hablar de este caso particular y publico para las comunidades.