La tierra era de polvo
ya no habían
dalias blancas
como en aquellos meses de flores.
Aún me
acuerdo
los primeros días de otoño
eras tú, y no el
descampado,
mi nueva utopía.
Desde hace tiempo estaba
herido
cuando decidí tomar el exilio.
Al perderme en
nuevos campos
renunciando aquel imposible.
...Me ofreciste la
tregua
entre tragos amargos
tus ojos persuasivos y una palabra
bastaron para volver.
Nuestras manos se
abrazaron,
como nuestras miradas
y el tiempo compartido
al
darse la mano.... pero
el presente se escapaba de tus manos
y
recargabas el fusil
cuando me decías
“no pienses en el
futuro”
No pasaron semanas
y ahora estoy de pie sobre mi destino
esperando el fusilamiento
pero las balas ya estaban dentro.
Disparas:
Una
esperanza muerta,
el tequila que nunca tomamos
y tu extraña
indiferencia.
En estos últimos momentos de vida
nos convertimos en NN,
mientras yo aislado en
una cueva sin salida
acompañado de el te-quiero eterno que te ofrecí
soy un desaparecido en nuestro partida.
Sin sabor a gloria,
con mucha pena
sin resurrección,
con poca justicia
Aquel te-quiero
te perteneció,
y ahora muertos,
solo queda el adiós.