No hace falta que
corran, lagrimas,
quédense
pensativas ahí
como
veneno en recipiente
sin
salir acompañar a su amiga, nuestra soledad.
A pesar de todas las
penas recorridas
no
termino de andar por este recorrido,
ando
sin aliento con las lagrimas escondidas,
como
la lluvia atrapada entre nubes grises.
Recuerden, después de
que se vayan, lágrimas,
no
escriban notas ni comentarios bañados en brebajes de tristezas,
dado
que no saben nadar mis emociones entre océanos de las memorias de aquellas
noches.
Esperaré otro tiempo,
cuando
las crónicas oscurezcan y los tiempos canten,
mientras
esos tiempos lleguen, aprenderé a esperar
y
la soledad me enseñara a caminar sin tu corazón,
porque
solo quiero estar junto a ti, solo hasta que mi corazón deje de latir.
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