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lunes, 7 de noviembre de 2011

¿Donde encontrare la bala de mi fusil?


Raro de pensar que podre encontrar una bala que recargue mi fusil, luego se dispare y regrese a mi. Solo a mi, se me ocurriría pensar encontrar esa bala para mi fusil. Mientras que otros solo la encuentran en las tiendas y su único propósito es dispararla, dejarla caer en el piso sangriento que la retiene en el momento del impacto y olvidarla como si el viento se la llevara.
¿Donde encontrare la bala de mi fusil? Que espero con tantas ganas disparar hacia el cielo y regrese a mi, como el impulso de una contracorriente que desearía vivir una tarde de crepúsculo en la noche de las almas y el día de los muertos, entre tallos negros y rosas sueltas.
Si la primera y ultima bala que tuve, se fue como una hoja de invierno que la primavera hizo desaparecer, pero su pólvora no me dejaba olvidarla, no me dejaba en paz y lo peor que poco a poco, se convirtió en una enfermedad para mi.
Como si la cólera, hubiera cogido el cuerpo de la bala y al dispararla, la pólvora que se esparció entre el viento y el frió de invierno, alcanzo mis fosas nasales para quedarse y traer una sarta de maldiciones agridulces que lo único que lograron hacer es hacer sufrir a la enferma de mi mente, que cada vez que escuchaba el disparo de un fusil, lloraba su espíritu y lloraba mi alma.

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