Ves el arbol del frente.

Ves el sol brilloso detrás de la cortina, ves y no quieres dejar de verlo. Detrás de la cortina de seda, el aire no me sofoca, eso es gracias a la ventana de vidrio que me protege del viento de verano que todos los días pasa por mi casa.

Veo que no he ganado nada, que sigo sentado escribiendo en cuadernos, que sigo estresado con el pelo largo y que debo hacer muchas cosas hoy, mañana y algún día, no sé tú que tendrás que hacer mientras el sol se sumerge en el mar y la luna escala las montañas, estaré tratando de ser indiferente a la vida, indiferente contigo y conmigo.

Las acciones de la vida, no están hechas para moldearlas, si no para pulirlas en el pensamiento y luego ejecutarlas, pero eso sería tan modernista, tan humanista, tan poco realista. Mejor mira lo que veo, porque veo en el árbol del frente lo que tú no puedes ver en ese campo bien podado, sin tantos arboles rurales y con la brisa del asfalto oligárquico, yo aprecio con la corta mirada precisa que tengo, que he perdido y no he ganado ni un solo centavo en este juego de punto de vistas, se que los puntos de vistas son diferentes y se deben respetar, sé que cuando uno elige un punto de vista, el único perjudicado es uno mismo y nadie más, a menos que otros u otras personas decidan aferrarse también del cuerpo personal de una persona que elige ese punto de vista o un dogma que obligue a esclavizar a los demás.
¿ahora ves lo que puedo ver? En caso de que no comprendas, ve lo que tengas que ver, no mires al árbol que veo, porque demasiada vibra frustrada te perjudicara, bueno eso es lo que creo, no se tu si quieres verlo, pero supongo que no tienes interés ni ganas para hacerlo, lo cual no está mal, está perfectamente bien. Sería la decisión correcta, desde mi punto de vista. No sé cuál será tu punto de vista, pero deducía una parte del tuyo según mi punto de vista.